Próstesis
Tipos de Prótesis
Próstesis Fija
La prótesis fija es aquella que se realiza para rehabilitar piezas dentarias dañadas o perdidas, usando como pilares los dientes naturales. Son fijas debido a que están cementadas, por ende, no pueden ser retiradas por el paciente. Pueden ser para un diente (corona) o para varios (puente).
Prótesis Removible
Como su propio nombre indica, son prótesis que se diseñan y fabrican, de modo que, el paciente puede poner y quitar cuando le sea necesario, lo cuál, le facilita enormemente su higiene. Tenemos dos tipos: esqueléticos (base metálica) y de resina.
¿Qué debes conocer sobre los tratamientos de prostodoncia?
- ¿Cómo debe ser la higiene de una prótesis removible?
Las prótesis se deben limpiar, al menos una vez al día, con un cepillo especial para prótesis (de venta en farmacias). Es conveniente desinfectar diariamente las prótesis dejándolas en remojo con productos desinfectantes destinados a las mismas.
- ¿Pasa algo si no limpio la prótesis con frecuencia?
Si no se limpia correctamente y con regularidad, se corre un mayor riesgo de contraer diversos problemas de salud bucodental, ya que se acumula más sarro y este aumenta el riesgo de contraer caries o enfermedad periodontal (en el caso de que estas se apoyen en dientes que permanecen en boca), así como la posibilidad de adquirir hongos y otras patologías en la mucosa oral.
- ¿Me la debo quitar para dormir?
Sí, Conviene quitar las prótesis para dormir, para que los tejidos descansen diariamente unas horas de la presión a que pudieran verse sometidos.
- ¿Cuál es el mantenimiento de una corona?
El mismo mantenimiento que lleva el cuidado en general de la boca. Uso de cepillo e hilo dental. Recomendado el uso de irrigador bucal.
- ¿Hay que hacerle revisiones?
Siempre que aparezcan ulceraciones, dolor o inestabilidad de la prótesis, deberá acudir de inmediato a revisión.
- Si surge algún problema, o en cualquier caso en que crea que se haya producido un hecho anormal, no intente resolverlo por sí mismo.
- Se debe realizar una revisión cada seis meses para observar el estado de los dientes y mucosas, detectar desgastes en los dientes y realizar las adaptaciones apropiadas para corregir los desajustes provocados por el cambio de forma de los maxilares y de la posición de los dientes, que siempre ocurren con el paso del tiempo.
